Es un pastel de queso de toda la vida, sobre una base de galleta y con una capa de mermelada y/o frutas por encima.
Como siento tanta debilidad por este postre, decidí aprender a cocinarlo y así disfrutarlo siempre que quiera. Tengo varias recetas almacenadas, y ésta es la primera que he probado.
La receta es una adaptación de la de Matthew Scott.
NOTA IMPORTANTE: las proporciones que he usado yo son para un molde pequeño de 15cm de diámetro. Si usáis un molde normal tendréis que duplicarlas o triplicarlas.
Ingredientes
- 1 taza de galletas (= 120g, más o menos. Yo he usado las Digestive).
- 45g de mantequilla.
- 200g de mascarpone o crema de queso.
- 90g de azúcar.
- 1 huevo.
- Ralladura de piel de 1 naranja.
- 5-6 cucharadas de mermelada de frambuesa.
Preparación
Trituramos bien las galletas, derretimos la mantequilla (la podéis poner al micro) y lo mezclamos todo hasta formar una pasta más o menos homogénea.
Engrasamos el molde desmontable con mantequilla y luego con una capa de harina.
Ponemos la pasta en el fondo del molde, aplastando bien y dejando la superficie lisa.
Tras precalentar el horno durante 15 minutos, horneamos 10min a 180ºC.
Lo sacamos del horno y dejamos que se enfríe.
Mezclamos el mascarpone con el huevo batido y el azúcar.
Cuando esté todo integrado, rallamos la piel de la naranja y la echamos.
Nota: no hace falta que apuréis la piel al máximo, con que pongáis en la mezcla el 50% de la piel, sobra. Le da bastante sabor porque el pastel es pequeño.
Mezclamos y lo ponemos en el molde, cubriendo la capa de galleta, y alisamos la superficie.
Horneamos durante 45 a 180ºC.
Por último le damos la capa de mermelada, y listo.
Cuando lo saqué del horno la capa de mascarpone estaba tostada por arriba e hinchada, con una especie de burbuja enorme en el centro. La pinché con el cuchillo (para ver si era hueca) y al enfriarse se deshinchó.
Así que no os preocupéis si os queda un poco raro de aspecto. Yo la puse en el horno más tiempo del que debía y despegué con el cuchillo la capa tostada de arriba porque me daba miedo que supiera a quemado.
Los bordes me han quedado un poco raros porque no engrasé el molde lo suficiente y se pegó un poco a los lados.
El aspecto desmigajado no es el idóneo, pero bueno, ahí está.
En cualquier caso, de sabor es muy rico, y al ser pequeño se come enseguida.
Espero que os haya gustado (:
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